Olas de ira

 

Olas de ira





Abrí la puerta de un golpe y corrí hacia la playa. Llegué a la orilla y me descalcé, tirando los zapatos en el suelo sin mirar donde caían. Me lancé de cabeza al mar. El agua me rodeaba. Podía escuchar el sonido del agua desde dentro. Me hice una volita, acercándome las rodillas al pecho. Salí a la superficie para coger aire.

Unas nubes negras tapaban el sol, dejando todo mi pueblecito a oscuras. Cada vez estaban más cerca y parecía que en breves minutos empezaría a llover.


Volví a zambullirme en el agua, estaba fría, y las olas me empujaban hacia un lado y a otro.

Me adentre más y más asta tocar la arena. Me detuve, me estire encima de la arena y abrí los ojos.

La luz apenas llegaba a mí. Una gama de azules bailaba delante de mis ojos con el sonido de las olas.

Me tranquilicé hasta dormirme.

Me desperté alterada porque me faltaba aire, nade hasta la superficie.

Recupere aire entre tos y la corta respiración.

Mire a mi alrededor para encontrar algún lugar donde descansar.

Para mi sorpresa vi un montón de rocas que hacían una especie de cueva.Nadé hacia ella, pero una lluvia repentina empezó a caer sobre el mar agitado, rápidamente las gotas

pasaron a ser bloques de hielo que me hacían daño al chocar contra mi piel.


Empecé a nadar por debajo del agua y reducir las veces que subía a la superficie para respirar.

Llegue a la cueva y salí del agua, inmediatamente deje escapar un grito para liberar la ira que aún

seguía en mí.

Mi voz resonaba por las paredes de esa cueva junto con los golpes de los bloques de hielo.

Me tumbé en el suelo rocoso y escuche el sonido tranquilizador del agua.

Y a la vez mi mente traicionera me hizo recordar el motivo por el cual había huido, el motivo por

el cual había ido al mar, el motivo por el cual estaba en esa cueva…



***


El mar, los lagos, piscinas… siempre me habían encantado, de hecho cualquier lugar que tuviese agua.

El ruido de las olas al romperse o el simple sonido del agua mi tranquilizaba, me… como describirlo, era

como desconectar del mundo, no existir por unos instantes, de no tener todos los problemas en tu espalda,

esa sensación me encantaba.




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